No hay detalle más importante que un mantel
bonito para recibir una visita. La verdad es que un mantel feo o de mala
calidad le quita toda la gracia a una buena cubertería o una buena vajilla. Un
buen mantel es de las cosas que más lucen en una mesa.
Lo mejor para que se mantenga siempre perfecto
un buen mantel, como pueden ser los manteles
de Lagartera, es lavarlo siempre a mano. Cualquier manchita que salga
siempre es preferible quitarla a mano con cuidado, para evitar lavados, ya que
cada lavado quita parte de vida a la ropa.
Otro de los trucos para que no pierda calidad
con el tiempo es no plancharla directamente, es decir, nunca pasar la plancha
por el mantel, sino utilizar un paño o algo parecido en medio. De esta forma
planchas en mantel a través del paño, evitando aplicarle directamente la fuente
de calor, ya que la plancha es otro de los factores por el que las telas pierden
calidad.
El color más utilizado a la hora de elegir un
mantel suele ser el blanco, las distintas tonalidades de los colores pastel o
incluso la gama del marfil. También es relativamente frecuente el uso de
manteles con cierta carga temática en determinadas celebraciones como la
Navidad, fiestas de cumpleaños, etc. Por su parte las servilletas deben estar a
juego con el mantel, o en su defecto ir conjuntadas con él.
Otra de las opciones que existen ahora son los
manteles antimanchas, que es lo más práctico que puedes tener para el día a día
de tu casa. Son un tipo de manteles que repelen los líquidos, por lo que
presenta muchas dificultades para mancharse. Es una gran comodidad, ya que al
terminar de comer, de lo único que te tienes que preocupar es de quitar las
migas y a lo mejor secar algún líquido. Por lo que este tipo de manteles
necesitan ser lavados muy pocas veces, y casi siempre por higiene más que por
suciedad.
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